En mi opinión, el miedo es una de las emociones más significativas y que más nos condicionan a lo largo de nuestra vida.
Y ¿quién no ha tenido miedo alguna vez a enamorarse, a la soledad, a la muerte, al abandono, a la pérdida, al daño físico…?
Sentir miedo no es nada malo ni de lo que debamos avergonzarnos, todo lo contrario, el miedo siempre viene para decirnos algo, avisarnos y/o alertarnos.
Ahora bien, lo que debemos conseguir es que esta magnífica emoción logre hablarnos sin condicionarnos, si conseguimos esto, el miedo, podrá hacernos tremendamente libres puesto que no nos impedirá actuar como deseemos.
La intención del miedo como la de cualquier emoción es siempre positiva, nos alerta de que algo ocurre, y por supuesto, debemos escucharle, pero no debemos dejar que nos condicione en la toma de decisiones.
Al miedo hay que llevarle como compañero, al lado, ni delante (para que decida) ni detrás (para que llegue tarde), de nuestra mano, preguntarle, pero sin darle el poder de decisión.
Hay personalidades que son más vulnerables a esta emoción, estas personas sienten miedo a diario, miedos mayormente provocados por pensamientos catastrofistas, vivencias propias o de su entorno más cercano. Este estado les impide ser felices, tomar decisiones libremente o disfrutar el momento, porque de forma permanente están pensando que algo malo va a ocurrirles.
Es muy probable que sufran un estado de estrés permanente que les afecte a la calidad del sueño, de su estado de ánimo y por ende a las relaciones sociales.
Algunos TIPS que nos pueden servir para poder manejar mejor el miedo:
Reconocerlo, debes reconocer el temor y ponerle nombre, alto y claro.
Enfrentarlo, si sigues huyendo mantendrás esos sentimientos para siempre, hay que exponerse a ellos, con cautela y de forma progresiva, pero hay que lanzarse.
Identificar síntomas, taquicardias, sudores, mareos, …
Pon en valor tus fortalezas, para superarlo seguro que indagar sobre estas cualidades te sorprendes a ti mismo.
Identifica sus orígenes, de dónde viene, es probable que de alguna mala experiencia, algún trauma de la infancia, o quizás … demasiadas noticias!!
Respiración y mindfulness, en la medida en que seas capaz de controlar tu respiración serás capaz de calmar tu cuerpo, alejarte de esos pensamientos que te originan el miedo y suavizar los síntomas.
Prémiate con cada avance, por insignificante que parezca es un gran paso y debes valorarlo.
Finalmente, intenta imaginar cómo sería tu vida sin esos miedos que tanto te atormentan, te bloquean y no te dejan avanzar, te privan de lo más importante en la vida que es tu libertad.
Recuerda, ¡la gran mayoría de los miedo sólo están en nuestros pensamientos!
Gracias por el artículo a Nuria Llinares Germán (Coach | PNL | Liderazgo Personal | Inteligencia Emocional)
Gracias por la fotografía a Alexandra Gorn en Unsplash