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Educación sexual para los jóvenes. Un tema controvertido.

Hoy en día hablar de sexualidad a los jóvenes es un tema controvertido en la sociedad. ¿Qué se les explica? ¿Cuánta información deben tener? ¿A qué edad es bueno hablarles de estos temas?
Son algunas de las preguntas que se hace mucha gente cuando sale este tema, por lo que hoy hemos venido a resolver algunas de las dudas más comunes.

¿Qué se les explica?
El tema del que se habla es muy amplio, pero se comienza con los conceptos básicos como la identidad de género, la orientación sexual o relaciones sexuales.
La educación sexual que se ha venido dando desde hace unos años es igualmente necesaria aunque muy reducida a un tema concreto de las relaciones sexuales, concretamente las medidas de protección, cuando este tema es mucho más amplio. Esto está cambiando en los últimos años y se están tratando temas igual de importantes como son el consentimiento, el respeto o la comunicación; temas que unidos al punto anterior, llevan a los jóvenes a tener unas relaciones sexuales más sanas.
El hecho de que también se esté ampliando el tema a conceptos como la identidad de género o la orientación sexual es algo importante ya que esto está ayudando a muchos niñxs y jóvenes a sentirse parte de algo o simplemente sentirse ellxs mismxs sin miedo a nada.
Y para quien se lo pregunte, dejamos descritos los conceptos que estamos comentando:
– Identidad de género: se trata de la percepción que tiene una persona sobre sí misma con respecto a su género. Esto puede coincidir o no con el sexo (descrito por los genitales).
– Orientación sexual: se refiere al género que nos atrae de forma romántica, emocional y/o sexual. De esta manera, hay diferentes orientaciones en función de la propia identidad de género y del género de los demás.

¿Cuánta información deben tener?
Esta es una duda muy común, qué les contamos, de qué manera, en qué momento… Andamos con miedo a hablar de más, y sin embargo solemos pecar de hablar de menos.
Aquí lo realmente importante es darles la información que pidan, los niños y adolescentes son más listos de lo que creemos y a esas edades son como esponjas y absorben la información muy fácil, por lo que si tienen dudas al respecto es mejor contárselo nosotros, porque, aunque decidamos no hablar de ello, van a obtener la información de cualquier otra parte. Además, así aumentan las posibilidades de que confíen y acudan a nosotros en caso de tener más dudas. Es importante ir adaptándose a lo que el niño pregunte y la cantidad de información que requiera en ese momento, aunque es muy difícil «pasarse de rosca», ya que los niños se van a quedar únicamente con la información que les interese.
Y sobre todo, tratar el tema con total naturalidad y respeto; si ofrecemos al niño un espacio seguro en el que poder expresarse y preguntar sus dudas, sin temas tabú, solo conseguiremos un/a niño/a más feliz y más saludable.

¿A qué edad es bueno hablarles de estos temas?
La sexualidad no es algo que empiece a una edad concreta y que hasta entonces no exista en los niños. Por poner un ejemplo, a partir de los 3-4 años los niños ya son conscientes de su cuerpo (y por lo tanto de sus genitales) y ya son capaces de hablar con sus padres, expresarse, y aprender de lo que dicen y hacen sus progenitores. ¿Acaso esto no forma parte del desarrollo de su sexualidad?

Los niños están en constante evolución y van aprendiendo cada día cosas nuevas, por lo que ellos mismos irán marcando el ritmo según les surjan las cuestiones. Lo ideal sería que estos temas no fueran un tabú en niños pequeños ya que podría favorecer la resistencia del niño a hacer preguntas de cara a futuro.

Estamos avanzando cada vez más en este tema, aunque todavía queda mucho por desmitificar y deshacer tabúes, es importante que esta educación se dé de forma generalizada en diversos ámbitos (familiar, escolar, etc). Educar a los más jóvenes conociendo todas estas formas de vivir y expresarse sólo les hace más libres y más felices.

María Gómez Servián, Psicóloga General Sanitaria
Antonio J. Carrasco Server, Psicólogo General Sanitario.