Finales de agosto y principios de septiembre es siempre una época considerada bastante estresante, ya que la mayoría de las personas vuelven a retomar rutinas, trabajos, clases… y generalmente esto hace que aparezcan emociones que consideramos “desagradables”. Entre los adultos es algo que está muy interiorizado, pero en los más pequeños es donde se suele tener menos en cuenta, ya que muestran sus emociones de forma diferente.
Después de los meses de verano en los que han estado relajados, disfrutando de la mayoría del tiempo libre y “sin obligaciones”, es normal que les cueste retomar la rutina de todos los días ir al colegio y hacer las tareas que se les manden. También teniendo en cuenta las circunstancias que cada niño tenga al volver a clase (estar cómodo con sus compañeros, tener amigos en su misma clase o no, nivel de exigencia del colegio, etc), esta época puede ser más o menos estresante para ellos ya que en época escolar pasan generalmente la mayor parte del tiempo en el colegio y después en casa haciendo las tareas que correspondan del día o estudiando en épocas de exámenes; y si no tienen un buen clima o unas expectativas adecuadas, puede condicionar su manera de afrontar esa vuelta a clases.
El cambio de pasar del verano a la rutina escolar es algo que les afecta anímicamente y que debemos tener en cuenta en esas primeras semanas de rutina ya que es posible que estén más alterados, o más irritables y cansados, y eso unido a nuestras propias circunstancias y estrés, puede hacer esta época más cuesta arriba.
Y como padres, a veces nos cuesta saber qué hacer para ayudar a los niños en esa transición, si a veces nos cuesta con nosotros mismos… ¿cómo vamos a saber exactamente qué hacer con ellos? Por eso, en esta época que viene, hemos pensado dejar unas pequeñas pautas que pueden servir como guía para utilizar en el día a día con los más pequeños para que se haga la vuelta al cole más llevadera tanto para ellos como para nosotros.
Algunas de las cosas que se pueden hacer para ayudar en la vuelta al cole son:
– IDENTIFICAR EMOCIONES: Hablar de cómo se sienten, ayudarles a identificar esas emociones, alegría por volver a ver a sus amigos, miedo por la incertidumbre, tristeza por alejarse de sus padres…
– INTRODUCCIÓN DE RUTINAS: Tras la vuelta del verano es complicado volver a los horarios, intentemos en la medida de los posible hacerlo de forma progresiva para ayudarles a la adaptación.
– INVOLUCRARLES EN LOS PREPARATIVOS: Preparación del material escolar, mochila, estuche, agenda… forrar los libros, preparar juntos el calendarios, hacer juntos un horario de rutinas para el curso escolar.
– HACERLES PARTÍCIPES EN LA ELECCIÓN DE LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES: Por motivos de conciliación muchos padres nos vemos obligados a llevar a nuestros hijos a actividades extraescolares, tengamos presente que pasan muchas horas en el colegio así que merecen poder elegir alguna de estas actividades.
– PLANIFICAR ACTIVIDADES EN FAMILIA PARA LOS FINES DE SEMANA: Que sientan que además de querer pasar tiempo con ellos nos interesa pasarlo de la mejor forma para toda la familia, siendo ellos igual de importantes que los adultos.
– TIEMPO DE COMUNICACIÓN: Es importante reservar un pequeño espacio al día para hablar con ellos, cómo han vivido una cierta experiencia, cómo se sienten, cómo han actuado o cómo deberían haber actuado…
– TRABAJAR LA FRUSTRACIÓN: En vacaciones los más pequeños suelen ser el centro de atención, al menos para sus padres, abuelos… Reciben más regalitos, helados, comida rápida.. sobre todo se les entrega aquello que más reclaman y necesitan, nuestro tiempo y dedicación. La vuelta al cole entre otras cosas supone volver a las prisas, corriendo desde primera hora hasta el final del día, donde ese cuento de repente se convierte en un pequeño relato. Los profesores deben estar pendientes de muchos compañeros y pasan a ser uno más. Todos estos acontecimientos muchas veces despiertan esa frustración que desencadena en enfados inentendibles, rabietas, tristeza… En la medida que podamos anticiparnos a esto y hablar con ellos sobre los cambios venideros, les tranquilizaremos y haremos más llevadera la adaptación.
María Gómez, Psicóloga General Sanitaria y Nuria Llinares Germán, Coach familiar y educativo.