Más de 250 participantes de 5º y 6º Primaria de la Comunidad de Castilla y León.
La etapa adolescente, o etapa de transición a la vida adulta, se caracteriza, entre otros factores, por ser una época de cambios emocionales y físicos, etapa de búsqueda de sí mismos y de su identidad, la necesidad de independencia, la manifestación de nuevas conductas orientadas al desarrollo de su identidad sexual. Además, su actitud social reivindicativa ante situaciones que no van acorde con sus ideales o valores.
Esta etapa implica también la consideración de alternativas y la necesidad de formulación de un proyecto de vida, es decir, encontrar un sentido de propósito por el que merezca la pena esforzarse.
Es un periodo sensible para las personas debido al momento de transición en el que se encuentran de desarrollo, y como consecuencia del cambio de estilo de interacción con el entorno social en el que viven. Fuente: Savin-Williams y Berndt, 1990; Degirmencioglu, Urber, Tolson y Richard, 1998.
Con el fin de facilitar una buena relación con el propio cuerpo, vínculos afectivos saludables, y evitar prácticas de riesgo, es clave incluir en el currículo la educación afectivo-sexual: facilitar formación y asesoramiento a jóvenes y adolescentes, así como a las familias y docentes que, de manera consciente o inconsciente, forman afectiva y sexualmente a niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Fuente: Sanmartín, A., Ballesteros, J. C., Calderón, D. y Kuric, S. (2022). Barómetro Juvenil 2021. Salud y bienestar: Informe Sintético de Resultados. Centro Reina Sofía Adolescencia y Juventud, Fundación FAD. Juventud. DOI: 10.5281
Una personalidad saludable se describe en los criterios alternativos del DSM-5 en términos de alta autodirección (es decir, identidad saludable con ‘autodirección’ y ‘autoestima’) y alta cooperación (es decir, relaciones interpersonales saludables con ‘intimidad’). ‘ y ‘empatía’)
