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¿Sabías que la autoestima sana depende de una protección equilibrada?

¿Qué mejoraría en nuestros/as hijos/as si consiguieramos reducir el nivel de sobreprotección?

El impacto de la protección en los más pequeños.

Durante los últimos años, múltiples investigaciones se han enfocado a estudiar el impacto y las consecuencias de la sobreprotección en los más pequeños.

Nos encontramos que existe una relación significativa entre la autoestima y la sobreprotección en la que educamos a nuestros hijos, desde una edad temprana.

Se entiende la sobreprotección como el cuidado que va más allá de lo natural o normal, es decir, es cuando metemos a nuestros hijos o hijas en una «burbuja» y de esta forma evitamos que aprendan a asumir sus propias responsabilidades.

De esta forma les estamos privando de aprender a equivocarse, de aprender a decidir, de aprender a rectificar, de aprender a pedir perdón, pero lo más imporante les estamos privando de aprender a perdonarse a ellos mismos por no haberlo hecho tan bien como se esperaba o como él o ella mismo/a esperaba.

No aprenderan de las consecuencias de sus actos ya que no les dejamos que comentan ningún acto que les pueda hacer sentir incómodos.

En la vida existen momentos que son más adecuados que otros para aprender dependiendo el qué. Y os pregunto: ¿Creéis que estando en su entorno no sería el mejor momento para aprender a equivocarse?

No les privemos de aprender de sus propios errores o de sus propias decisiones, os recomiendo orientarles, hacerles sentir apoyados, hablarles cotidianamente con cariño, destacar sus cualidades actuales y animarles a adquirir nuevas, que experimenten en un entorno seguro es sano.

La autoestima es fundamental en todas las edades, pero en especial en edades infantiles porque impulsa al desarrollo de sus capacidades, habilidades o destrezas y logros.

Si, seguimos educando en la «burbuja» o sobreprotección seguiremos apoyando que los niños/as se muestren como personas a quienes se debe proteger en todo momento, y no me refiero que no haya que protegerlos, la protección es totalmente necesaria y sana, es el exceso donde hay que frenar un poco.

Se debería elegir aquellas situaciones que a su edad son manejables y ellos mismos a su ritmo pueden resolver, para que adquieran seguridad, confianza y se conozcan mejor así mismos.

Frenando un poco nuestra sobreprotección, y como véis, digo un poco, les ayudaremos a aprender a gestionar situaciones difíciles todavía dentro de un ámbiente seguro y en el momento adecuado.

Un niño/a con buena autoestima intenta aprender cosas nuevas, realizar actividades de forma creativa, ser responsable de sus propios actos, tener confianza en sí mismo y en el desarrollo de sus capacidades, colabora con compañeros, reconoce sus errores, aprende de los que le rodean y a ser crítico en la solución del problema.

Por tanto, no privemos a nuestros hijos/as de desarrollar capacidades útiles para su vida adulta durante su desarrollo y crecimiento, ya que no les estaremos haciendo ningún favor.

Más adelante y en pro de su propio bienestar, en la vida adulta deberían ser capaces de desenvolverse ante situaciones cotidianas sencillas como complicadas de una forma madura y responsable.

Otro factor importante dentro del círculo familiar y que influye en la autoestima, es la comunicación.

El estilo de comunicación en los hogares influirá en su personalidad, su conducta y a autoconocerse. Incluso, la comunicación les ayudará a relacionarnos mejor con los demás, a respetar y a aceptar mejor situaciones complicadas, primer paso para su correcto afrontamiento.

Si nos encontramos ante situaciones complicadas de gestionar, se recomienda consultar con profesionales que asesoren y pauten las formas más eficacez de hacerlo.

Espero haberos animado a reflexionar.

Marina Alcañiz Aguilar (Psicóloga General Sanitario, Especialista en psicología laboral y de la salud. Máster en Coaching ejecutivo y personal. Directora de mentoring para jóvenes.)

Agradecimiento especial a Foto de Max Titov en Unsplash.